¿Por qué nos gustan las relaciones tóxicas?

Cómo nos encanta el drama a pesar de todo lo que decimos sobre el amor y la paz interior

Fuente: Portal Consciente

Ah, el drama. Nos quejamos de las relaciones tóxicas, pero ¿qué sería de nuestra vida sin ese toque de adrenalina que nos proporciona el caos? ¿Cómo podríamos hablar de karma y del balance espiritual si no fuera porque, en el fondo, tenemos un doctorado en "relaciones tóxicas"? Aunque lo neguemos, ese tipo de amor nos da algo que necesitamos, nos hace sentir vivos… o muertos, dependiendo del día.

¿Pero qué pasa? ¿Por qué, a pesar de leer libros de Osho, seguir a Eckhart Tolle y hacer nuestro journaling de gratitud, seguimos cayendo en las mismas redes? No se engañen; este asunto tiene raíces profundas. ¿Qué podemos aprender de los gurús del tantra y del amor consciente? Porque sí, esos también tienen algo que decir sobre nuestra relación de amor-odio con las relaciones desastrosas.

1. El Tantra del Sufrimiento

Contrario a lo que muchos creen, el tantra no es solo sexo. Es la experiencia de la vida en su totalidad, incluso esas partes que preferiríamos evitar, como el dolor y la incomodidad. Los maestros tántricos dicen que todo sufrimiento tiene un propósito, y aquí, nosotros lo llevamos al extremo: ¿y si nuestro propósito en esta vida es sufrir por amor? Tal vez, nos atrae lo tóxico porque le da a nuestra vida un sabor intenso, ese que ni el mejor té verde puede darle a nuestras mañanas.

Por eso, siéntate en posición de loto y reflexiona: ¿Por qué estoy eligiendo esto? Según el tantra, al ser conscientes de estas experiencias, podemos convertir el sufrimiento en crecimiento. Lo cual suena lindo, hasta que te das cuenta de que ya llevas tres años “creciendo” en la misma relación sin salida.

Consejo: Si de verdad amas el drama, al menos hazlo consciente. Anota cada pelea, cada ataque de celos, cada excusa que te das para seguir ahí. Sé tu propio maestro y observa cómo te enredas en tu propia historia. Un acto de amor consciente, si quieres llamarlo así.

2. El Juego de la Atracción del Ego

Cheri Huber, autora y maestra zen, diría que detrás de cada relación tóxica está el ego que grita “¡Hazme sentir importante!”. Es cierto, nos gusta sentir que alguien se obsesiona con nosotros, y al mismo tiempo, nos encanta el papel de víctimas en nuestra telenovela personal. Nos gusta porque el ego se siente muy cómodo ahí. Nos hace pensar que somos especiales porque vivimos en un torbellino emocional, que "nadie nos entiende" y que "mi relación es diferente".

La realidad es que es más fácil dejarnos arrastrar por el ego que admitir que nos da miedo la soledad. Alguien tenía que decirlo. Pero, como nos explica Huber, al abrazar la soledad y el amor propio, podemos empezar a soltar esa adicción a la importancia que el ego tanto ansía. Claro, ¿quién quiere soltarlo cuando puedes llorar dramáticamente al escuchar tu canción favorita?

Consejo: Deja el ego de lado (o al menos trata de domarlo un poco). Cada vez que te encuentres en el mismo patrón, observa cómo tu ego se está inflando y cómo eso te alimenta. ¿Realmente es tan gratificante como parece? Haz una lista con todos los beneficios de tu relación tóxica y sé brutalmente honesto.

3. El Ciclo Tóxico: Un Amor Basado en Miedos

¿Por qué volvemos siempre a lo mismo? Carl Jung mencionaba que “lo que no enfrentamos en nuestro interior se manifestará como destino”. Ahí lo tienes. Repetimos el patrón de relaciones tóxicas porque, en el fondo, tenemos miedo de enfrentarnos a nosotros mismos. Es más fácil enfocar la energía en lo que el otro hace o deja de hacer que en reconocer lo que nosotros mismos necesitamos sanar.

La próxima vez que te encuentres preguntándote por qué siempre acabas con la misma persona (con diferente cara), pregúntate: ¿Qué estoy evitando ver?. Porque hasta que no abordes esos miedos, seguirás encontrando esa “pareja perfecta” que te mostrará, una y otra vez, lo que debes sanar.

Consejo: Hazte un favor y acepta el reto de la introspección. Tómate un tiempo para estar solo (y en serio, no corras de nuevo a Tinder). Haz un retiro contigo mismo y date cuenta de que quizá es momento de enfrentar esos miedos, en lugar de permitir que cada relación tóxica lo haga por ti.

4. La Receta para una Relación Consciente

Ahora bien, si estás realmente cansado del drama y listo para el siguiente nivel, puedes explorar lo que el tantra y el amor consciente tienen para ofrecerte. Hacer el amor no solo con el cuerpo, sino con el alma, conectar con tu pareja desde la presencia y el respeto. Esto suena bonito en teoría, pero es difícil. Implica confrontar a tu pareja y a ti mismo sin escudos, y eso, admitámoslo, no es tan divertido como las reconciliaciones dramáticas de siempre.

Llamado a la Acción: Si realmente quieres cambiar, empieza a hacer el trabajo. ¿Qué es lo que realmente quieres en una relación? ¿Buscas apoyo mutuo o el próximo capítulo de tu telenovela? Si estás listo para el cambio, comprométete a sanar. Comienza con pequeñas prácticas de amor propio y presencia. Cita a tu pareja para hablar sin culpas, sin gritos y sin reproches. Observa lo que realmente está pasando. Deja que el amor sea amor, no una montaña rusa de egos heridos.

Así que, ¿por qué seguimos atrapados en relaciones tóxicas? Porque, en el fondo, nos gusta el drama. Es un hábito difícil de romper, pero si estás aquí, leyendo esto, tal vez sea porque estás empezando a aburrirte de la misma historia. Quizá sea hora de un nuevo capítulo. Como decía Carl Jung, “Hasta que lo inconsciente se haga consciente, el subconsciente dirigirá tu vida y lo llamarás destino.”