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¿Por qué la vida no nos da tregua?
El camino a la tregua empieza cuando dejas de buscarla.

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Todos queremos que la vida nos dé un respiro. Una tregua. Un paréntesis donde el cansancio, las exigencias, la incertidumbre o el dolor se detengan y podamos “estar bien” al menos por un rato. Queremos que la rutina suelte su garra, que el teléfono deje de sonar con malas noticias, que la cuenta bancaria respire, que los niños duerman y que las presiones se disuelvan para poder inhalar sin sentir que algo se nos clava en el pecho.
Pero, ¿y si esa tregua nunca llega? ¿Y si la vida no es esa madre bondadosa que te acaricia la frente cuando lloras, sino una maestra despiadada que te empuja al abismo porque sabe que ahí descubrirás que puedes volar?
Lo interpretas como un castigo o una injusticia, pero quizá en realidad es el entrenamiento que necesitas para sostener lo que un día pediste en voz baja cuando estabas en calma. Porque lo que tu boca no se atrevió a gritar, tu alma lo susurró. Y la vida lo escuchó.
La primera mirada —la más común— dice que la vida debería cuidarte, darte respiros y detener el dolor o el cansancio. Y cuando no lo hace, lo vives como un castigo. Pero hay otra mirada, más brutal y liberadora: la vida nunca tuvo la tarea de darte tregua. Esa es tu responsabilidad.
La tregua no está en que las cosas afuera se calmen, sino en que adentro dejes de pelear con lo que es. Afuera todo puede seguir siendo un huracán, pero si dentro de ti hay coherencia, ese huracán se convierte en el combustible que te impulsa, no en la tormenta que te destruye. Y sí, es incómodo descubrir que la calma que buscas no depende de un ascenso, de una pareja que cambie, de que tus hijos crezcan o de que tu salud mejore. Depende de que tú decidas dejar de pelear con cada giro de la vida y habitar tu centro aunque afuera todo siga en movimiento.
Y sí, duele leerlo. Porque preferirías que te diga que todo va a estar bien, que pronto el universo conspirará a tu favor y que después de la tormenta llega la calma. Pero la verdad es que muchas veces después de una tormenta viene otra. Y otra. Hasta que entiendas que la calma no es algo que llega: es algo que encarnas cuando despiertas. Hasta que aceptes que la vida no está “en tu contra”, sino que está rompiendo las paredes de una identidad que ya te quedó chica.
Entonces, deja de pedirle a la vida que te dé tregua y atrévete a preguntarte: ¿por qué no me la doy yo? ¿Qué parte de mí sigue esperando un permiso externo para parar, para respirar, para estar presente? Ahí empieza el verdadero giro: no cuando todo se ordena, sino cuando tú dejas de necesitar que se ordene.
El programa que puede ser tu tregua real
La próxima semana comienza la cuarta edición de “Todo está bien, pero nada lo está”, un programa creado para mujeres que ya se cansaron de fingir que están bien y quieren dejar de sobrevivir a punta de tormentas externas. Es un proceso intenso, honesto y liberador que no busca distraerte de la vida, sino devolverte a tu centro para que ninguna tormenta pueda arrastrarte más.
Si sientes que este texto habla de ti, si reconoces que llevas demasiado tiempo esperando que la vida te dé un respiro, este programa puede ser la respuesta que tu alma viene pidiendo. Las inscripciones ya están abiertas y este es tu momento de entrar.
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Sección de coaching
Pregúntate con honestidad brutal:
¿Dónde estoy mendigando que la vida me dé tregua, en vez de asumir que soy yo quien debe construirla?
¿Qué excusa repito para no enfrentar lo que en verdad me duele?
¿Qué pasaría si en vez de pedirle a la vida que se detenga, me detengo yo a mirarme sin anestesia?
¿Qué parte de mí ya sabe cómo crear calma, pero no me atrevo a escucharla?
Mini desafío:
Durante los próximos tres días, cada vez que te escuches decir “no aguanto más” o “necesito un respiro”, detente y escribe qué parte de ti está en guerra. Nómbrala, mírala y decide no luchar con ella por un instante. Ese pequeño acto puede ser tu primera tregua real.
Frase de activación:
“La tregua que esperas de la vida comienza cuando tú dejas de pelear contigo.”
¡Nos vemos el Sábado que viene!
In love 🤍